La Sociedad de los Baches



Isaac Asimov, el genial escritor de ciencia ficción estadounidense, describió la caída de un imperio como “un incremento en la burocracia, la retirada de la iniciativa, el congelamiento de las castas y un deterioro de la curiosidad”. Su descripción puede ser aplicada no sólo a los imperios, sino a toda sociedad en decadencia. Según su lógica, una sociedad donde un bache permanece abierto y nadie tiene la iniciativa, así sea el gobierno o los privados, de reparar el quiebre del camino, es porque esa sociedad ya es incapaz de sanarse a sí misma.

En mi barrio de crianza, hay huecos que parecen canteros, como si tuvieran un instinto agricultor y fueran más generativos que mucha gente. Hay huecos que sirven de refugio a los animales y de trinchera ocasional a los niños. Hay baches que se abren con sus amígdalas pedregosas y otros imponentes, como si tuvieran que dictar el final de una tragedia de vecinos.

Hay baches más célebres que algunos monumentos.

Según la teoría de las ventanas rotas, cuando las personas descuidan su entorno, es como una invitación a que se imponga la anarquía. La teoría de los caminos rotos puede que sea el capítulo aún no escrito.

Quien deja de reparar el hueco que está frente a su casa, también ha dejado de reparar el proyecto de comunidad del que participa. Tal vez ese proyecto de comunidad ha dejado a las personas sin motivación, recursos o interés para salir y garantizar su pequeña contribución al camino.

¿Me pregunto quién saldrá a reparar las grietas en las ideas? Las ideas... que siempre arriban antes que cualquier camino.
 

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